octubre 03, 2016

Burlando a Nyquist

Con la fotografía ocurre como con casi todas las aficiones, incluido el sexo: a medida que uno se mete más y más en el asunto, se va volviendo más y más exigente. Ojo, no quiere decir esto que se vuelva uno mejor en ello, pero sí más tiquismiquis.

A mí me pasa con la resolución de mis fotografías. No me basta con que la foto "me quede bonita". Siempre las amplío al máximo en la pantalla y espero que hayan quedado nítidas, bien enfocadas, con poco ruido. Esto cuando hay poca luz es casi imposible incluso con una cámara buena. Y con una cámara mala, como las de los móviles, es tarea prácticamente imposible. Ninguna foto hecha con un móvil es satisfactoria para mi gusto.

Aparte de que la óptica de las cámaras de los móviles no puede ser buena (por cuestiones fundamentales de distancia focal y también por precio), el software de los smartphone abusa de herramientas de compresión y de realce de bordes que hacen que aparezcan en seguida "fantasmas" y otros efectos espurios. Y por supuesto, existe el límite de Nyquist, que establece que la resolución no puede ir por debajo del tamaño del píxel. En las cámaras de los móviles, especialmente si se utiliza el zoom digital, el tamaño real efectivo del píxel es siempre peor que lo que anuncia el fabricante.

Pero todos estos problemas se pueden mitigar... a golpe de paciencia y de llenar las memorias del móvil y el ordenador con muchas imágenes de sobra durante un tiempo. Pongamos el ejemplo de esta imagen sacada con mi móvil, usando el zoom digital,  de la catedral de Segovia:


Birria de foto, ¿verdad? Ahora viene el truco, que no lo he inventado yo. Sáquense unas cuantas fotos en ráfaga de la misma escena (yo suelo hacer unas 20), moviendo ligeramente el móvil durante la toma de fotos (normalmente la vibración del pulso suele valer). Luego, en el ordenador, pedir a Photoshop o Gimp que primero amplíe las fotos (un factor x2 va muy bien, pero puede ser menor) y luego las alinee automáticamente. Después, combínense las fotos alineadas utilizando un filtro de mediana (el de promedio también valdría, pero el de mediana ayuda a quitar objetos móviles y píxeles saturados). Después de combinar todas las fotos, se puede (o no) deshacer la ampliación inicial. Resultado:


Que tampoco es una maravilla, pero está mucho mejor que la foto original. Obsérvese cómo han mejorado los perfiles de los tejados, la suavidad del cielo y el relieve de la torre. ¡Abajo con la tiranía de Nyquist y de las cámaras malas de los móviles!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues te ha quedado muy bien la foto, la verdad. Y no conocía ese truco.
Gracias!

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